TOMA EL RUMBO A LAS ESTRELLAS, PASANDO POR LAS NUBES

¿Quieres ver mis novedades? ¡Sígueme!

viernes, 24 de julio de 2015

Capítulo ocho.

- Hola, ¿cómo te fue la ecografía?

- Pues bien, está todo bien. Cogiendo peso el pequeñajo.

- Me alegro, verás como todo sale bien.

- Muchas gracias Rafa.

-  Pfff las nueve ya… -dice mirando su reloj- ¿Bajas conmigo a la cafetería o ya cenaste?

- Cené en casa de mis padres, para no andar cenando aquí ni cenar sola en mi casa.

Pf, mi casa. Me pasé por allí antes de volver al hospital, para ducharme, cambiarme de ropa y esas cosas. Y esas cosas… y esas cosas incluye coger la colonia de David.

- Ah bueno vale, mejor, porque la comida de aquí no es que sea de primera eh. Me voy a mi casa ya entonces a cenar y a descansar un poquillo, que mañana ya trabajo. De todas maneras, igual me paso por aquí un rato si tengo tiempo.

- Vale Rafa. Por supuesto, cuando quieras.

- Que pases buena noche Lucía.

- Igualmente, chao.

Me siento en la típica silla de hospital. De nuevo sola. Bueno, vale, no estoy sola, estoy con David, pero estoy sola. Me siento sola. Porque necesito hablarle, y aunque puedo hablarle, no voy a escuchar su voz diciéndome “tranquila, pequeña, que estoy aquí”. Ni tampoco voy a sentir sus manos apretándome la espalda abrazándome fuerte. Estoy sola. Y aunque trato de autoconvencerse de que va a despertar, ¿qué pasa si no despierta? ¿qué hago? Si no despierta, me dolería ver a nuestro hijo cada mañana, mirarle los ojos y ver que salieron a él. Entonces sí que estaría sola. Aunque tuviese a … nuestro hijo. Ni nombre tiene aún. Nunca nos pusimos de acuerdo, porque no me gustaba el nombre que él eligió, y a él no le gustaba el que yo quería. Pero… no sé, tampoco suena mal. Saco la colonia de David, y me echo un poco en mi palma de la mano.


- Amor, quedan apenas tres meses para que nazca Raúl, eh… -y agarro su mano, para impregnarle con su colonia. – Prométeme que vas a despertar pronto, por favor David… -comienzo a llorar, pero trato de hacerlo en silencio, ahogando mis sollozos con mi otra mano.

3 comentarios:

  1. Buena historia has escrito Tabata, Solo un fracmento es necesario para enganchar a lecctores como yo. Ya te dire después que me ha parecido.
    Te mando un abrazo enorme :3

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Jooo muchas gracias! Pues espero verte por aquí entonces de veras ^^

      ¡Un grandísimo saludo! 2:*

      Eliminar
  2. Una vez más aprecio ese detalle que marca la diferencia en tus escritos. Algo tan insignificante como el aroma de una colonia, o el bote de una colonia, puede abrir mucho las posibilidades del futuro, pero de momento, y centrándonos en el momento presente, ahí lo dejo. Como una puerta abierta a posibilidades que pueden producirse sólo con un aroma o el recuerdo del mismo.

    Y tras un comienzo un tanto lento, en el que apenas se produce nada de interés, salvo otra muestra de que los lazos de Lucía y Rafa son estables, viene ese momento en el que ya no puedes más y te rompes por dentro. He pensado mucho en eso, en cómo puede ser posible que estés bien, que más o menos tengas asimilada la tristeza de una situación difícil y de repente, el mundo se derrumbe y pienses en un futuro que no existe y ese futuro además, es negro, negro como la desesperanza del llanto de Lucía, como todo su pensamiento, como sus suposiciones o como tener en cuenta posibilidades que son perfectamente posibles y reales, pero el ánimo te recomienda no tener en cuenta para no hundirte más.

    Este capítulo, tras terminarlo, ofrece tristeza, una parte de la vida tan presente y tan real y que no queremos, pero eso no quita que exista y que nos golpee cada vez que quiera. Está muy bien plasmado el dolor que causa la desesperanza y al vacío al que te lleva.

    Enhorabuena ^_^.

    ResponderEliminar

Recuerda, este blog es para sacar una sonrisa, para pasar un buen rato, ¿te gustó? házmelo saber y no olvides pasarte por este pequeño mundo cuando necesites sonreír :)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...