No fuiste un error.

Todo el mundo dice que no se quiere equivocar, quiere hacer todo perfecto, ¿pues sabéis que? Equivocándote aprendes más cosas de las que puedas pensar. Un día le conocí a él, era el típico chico guapo que se llevaba a todas las que quería, en unas semanas las tenía detrás, él parecía majísimo, muy buena persona, y ami como a muchas otras me cameló, claro que yo para nada pensé que fuese así. Yo apenas era una cría, era muy inocente, ni siquiera había tenido mi primer beso, ese que se llevó él, y no, no me arrepiento. Pasaron semanas y supe que me engañó como a las demás, que solo fui una más en su lista, y claro que me prometió que sería diferente, que menos, y confié en su palabra. Me ¿enamoré? de él, creo que aun siendo una cría, podría llamarlo así, "amor". Acabé dejándole, sí, claro que lo pasé mal, pero una de las cosas que me enseñó él sin darse cuenta, fue a decir adiós. También me enseñó que existía la tentación cada vez que me daba un beso, me enseñó a negarlos cuando estaban empapados de mentiras aunque deseara besarle en ese momento. Me enseñó que el amor es cosa de dos, y que siempre pierde el que más ama. Que las segundas veces existen, y no siempre salen bien; que se puede llegar a querer hasta llorar toda la noche y quedarte dormida. Que olvidar duele, y que cuanto antes quieras hacerlo antes recuerdas; que puede amarte hoy e irse mañana, ¿y creéis que me arrepiento de haberle conocido? Creo que nada de esto lo habría aprendido de no ser por aquella historia, y aun siendo un error, estaba lleno de cosas que enseñarme de la vida, nada es lo que ves, lo que crees no siempre es falso, y nada es como te lo pintan.