Una pequeña decisión, que acabó siendo un gran error.

Recuerdo aquella noche, me dijeron que tú jugabas a dos bandos, que había otra, y yo como tonta le creí. Que tus labios fueron de otra, al menos por un rato mientras yo no te veía, y yo como tonta le creí. Que estabas confuso y no sabías que hacer, y yo como tonta, no solo le creí, sino que di el último paso, separé nuestros caminos, no sabía que pensar. Te quería, vaya si te quería, pero para olvidarte no se me ocurrió otra cosa que poner en práctica aquello de "un clavo saca otro clavo", que definitivamente no sirvió para nada. Nos queríamos, solo nos veíamos el uno al otro entre tanta gente, no sabíamos si queríamos vernos o preferíamos olvidarnos, pero el corazón gana a la cabeza, y elegimos la primera opción, yo quería verte, y tú aceptaste. Termine aquella relación sin sentido, en esa que me intentaba enamorar estando enamorada de ti, que me intentaba convencer de que te había olvidado, aquello no podía seguir adelante. Pensé que ya no había vuelta atrás en nuestra historia, que ya nada sería como antes, pero aquel día, me di cuenta de nunca dejamos de querernos.