- Te quiero.
- ¿De verdad?
- De verdad.
- ¿Y yo como puedo saberlo?
- Por muchos detalles.
- ¿Qué detalles?
- Estamos paseando por un sitio que sé que te gusta, cogidos de la mano, te he abrazado mil veces y te he besado tan solo una; pero te he dicho te amo mil dos.
Y estoy aquí, contigo, cuando podía estar en cualquier otra parte. Podría estar haciendo cualquier cosa con mi tiempo y lo estoy gastando a tu lado, abrazándote y escuchándote y hablándote. Podría tener el móvil en la mano mirando nada, pero mi mano está en la tuya porque me gusta sentirla.
ResponderEliminarY deja de preguntar cosas, que justificarme no vale de nada, parece que tengo que explicar lo inexplicable. Mírame y abre los ojos del alma, mírame y observa la luz que emito, que es por ti, que sonrío porque tú eres el motivo para hacerlo. Mírame con los ojos cerrados ¿qué sientes? No puedes explicarlo, ¿verdad? Pues que sepas que yo siento lo mismo.
Los detalles tienen un lenguaje propio. Y es un lenguaje que desconoce la falsedad. Aunque tengas un detalle "por compromiso" (que aunque es triste, hay quien sólo está amable el día de tu cumpleaños), los gestos, la luz, las cosas que lo hacen especial, brillan por su ausencia. Percibes a la perfección que no es sincero en la incomodidad que la otra parte muestra.
Como tú acostumbras chica catorce, pocas palabras que dicen cosas muy grandes. Enhorabuena.
Que tengas una semana llena de sueños cumplidos y cosas bonitas.
Me encantó eso qye escribiste, ¡y es que es verdad! Cuando hablan los hechos no hacen falta las palabras -bueno, bah, no nos engañemos, nunca viene mal unas palabras de vez en cuando-. Pero cuando además faltan hechos -o no sabes verlos-... Es lógico pedir palabras.
EliminarY sí, los detalles por obligación o interés no me gustan para nada.. Pero pienso que eso se nota... A veces.
Gracias por añadir ese trocito a mi escrito, me encantó ^^
¡Un grandísimo saludo!:*