"Somos piezas de puzzles distintos".

Tomó fin nuestra historia. Ha dolido estar así, los dos sabiendo lo que nos tenemos que decir, pero con ese miedo a perdernos ahí; pero lo aceptamos, y terminó. Gracias por esta historia, por cada capítulo, por cada batalla, por cada beso, cada abrazo, y todo tu apoyo incondicional. Nos hizo grandes, crecimos de la mano, y nos mantuvimos erguidos aún en contra de la marea; pero ahora poco a poco nos estaba haciendo pequeñitos. Nos estaba haciendo pequeñitos porque cuando toca llevar una relación de amistad, la pareja queda grande. No esperes que te eche la culpa, tampoco me la echo a mí; el tiempo pasa, y a veces es así de cruel -es así de cabrón-. Juro que pensé que sería para siempre, que a esta edad estaríamos viviendo juntos como soñamos, y en un par de años íbamos a tener nuestro primer hijo -igual idealizamos demasiado-; pero se nos torcieron los planes, ¿eh? 
Ojalá que seas feliz, que encuentres una mujer que comparta horarios y aficiones, que te de todo de ella cada día, como hice yo. Y ojalá, no hayan tantos obstáculos, ojalá podáis cumplir vuestros sueños juntos. Pero no olvides esta historia que escribimos juntos. Bah, que tontería, ¿como la vamos a olvidar? Fuiste toda mi adolescencia.
Nos merecíamos esta historia, pero no merecemos dejar de querernos por malos entendidos.