Que los príncipes tampoco deben llorar, y no porque se les vaya a caer la corona, sino porque se les hunde su princesa.

He visto muchas veces aquello de "levántate princesa que se te cae la corona" "Llegó la hora de quitarse la corona y ponerse la armadura, princesa". ¿Y ellos? Sí, son pocos, pero los hay. Y tampoco deben estar tristes, también necesitan que esa persona especial los abrace, y se lo tienen más que merecido. ¿Quienes son? Pues ese que te hace sonreír cuando estás triste, aunque él también lo esté, saca fuerzas de un sitio desconocido para que tú te sientas mejor. Es ese que te dice "Buenos días, mi amor" ese que con una sonrisa dibujada en su cara, te dice "Buenas noches mi niña, que descanses". Es ese que lucha por ti contra quien sea, que recorre lo que haga falta, y hace lo imposible por verte aunque solo sean quince minutos, aunque solo sea para darte un beso. Es ese que te consiente y te mima cuando sabe que lo necesitas. Es ese que no puede permitirse verte llorar. ¿A caso no se merece que hagamos lo mismo? Porque los príncipes tampoco deben llorar, y no porque se les vaya a caer la corona, sino porque se les hunde su princesa. Y si esa "princesa" eres tú, harás lo mismo que hace él por ti. Así que déjate de coronas, déjate de armaduras, de joderte los puños, y abrázame, hazme soñar despierta.