No fue un beso, fue el resultado de miradas limpias, y sonrisas sinceras.

Te pillo que estabas mirándome y sonrío. Entonces te miro, y apartas la mirada haciéndote el loco, y sonrío. Cuando pensabas que ya no te estaba mirando vuelves a mirarme, y sonreímos, nos miramos a los ojos manteniendo la mirada, y sin aguantar cinco segundos, bajo la mirada rendida. Entonces vienes hasta mí, y te paras en frente: “Perdona, ¿me estabas mirando?" te veo sonreír levantando la vista hasta tus labios, y sonrío, a la vez que niego con la cabeza. Entonces te das cuenta, y eres tú quien ahora observa los míos, es cuando yo me pongo seria y aparto la mirada de tus labios, de tu rostro, nerviosa por esas miradas. Te das cuenta, y te pones serio también, acercándote a mí, tomándome por la cintura, vuelvo a mirarte los labios, mientras tú sigues clavando tu mirada en los míos, ahora los ojos, limpios, sonrío, y al verme sonreír, me besas, entonces te beso; nos besamos. No fue un beso, fue el resultado de miradas limpias, y sonrisas sinceras.