jueves, 16 de octubre de 2014
No sé como expresarlo.
No quiero decir algo equivocado, pero me esta agotando esta situación. No sé si serás tú, si seré yo, o será culpa un poco de los dos. No sé si es por rutina, no sé si tú ya no sientes amor pero estoy empezando a sentir, podría decir: desilusión. Es como una sensación fría, como de falta de abrazos ¿sabes? Como de falta de veracidad en esos "te amo" como falta de ganas en "los buenos días", como falta de sonrisas al verme, como falta de brillo en tus ojos castaños cuando me miras. No es sensación de falsedad, sino de una verdad contada a medias, no sé, es como mirarte y ver en tus ojos el temor a hacerme daño.
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Estos textos son de los que me gustan, por el montón de frentes que abre para un diálogo en el que creo que no puede haber una conclusión que satisfaga a todo el mundo y tenga validez objetiva.
ResponderEliminarDéjame que me haga publicidad gratuita, por favor y te diré que ya está listo "detalles pequeños, momentos grandes". Una compilación de versos ambientada en Bécquer y en lo importante que puede ser un segundo en la vida. El libro habla de la voluntad, del hacer cosas y de inventarlas aunque la rutina mande y te sientas desganado. Habla de decir buenos días, princesa, tengas los años que tengas (parace ser, por lo que veo a mi alrededor, que decir eso a mi edad, por ejemplo, es de imbéciles, y si eso es así, yo soy el imbécil número uno) y de hacer que ese momento, antes de ir a preparar el café o salir pitando para el trabajo o para el instituto o la universidad, algo que se quede en la memoria durante bastante más del tiempo que dura en hacerse. "Buenos días", y un beso. ¿Cuatro segundos? ¿Tres? Ahora bien, tras esta descripción idílica de una relación, se esconde también que la posibilidad de que los latidos se apaguen, también existe. Es más, si hacemos bueno el dicho de que todo lo que nace, muere, sería hasta lógico pensar que no puede durar "para siempre". Pero puede ocurrir como con la vida en sí, si te cuidas y tienes hábitos saludables, puede ser que vivas más tiempo que alguien que tenga hábitos destructivos. No siempre ocurre así, pero es la norma general. Y por eso, tras muchos poemas pastelosos, lleno de detalles e historias bonitas, el último que cierra las cuatro series que tiene el libro, habla de desamor. Porque cuando no quedan latidos, seguir alargando la agonía es destruirse. Y hay que ser muy valiente para enfrentarse a ese caso cuando llegue y si es que llega. Porque surgen todas las preguntas que planteas en tu entrada. ¿De quién es la culpa? ¿Mía? ¿Qué ha pasado? Y lo peor de todo, es que tenemos el fuego dentro de que va a haber daño. Sin embargo, no pensamos en el daño que hacemos si seguimos una falsa.
Imagino que esto es un tema muy subjetivo y que hay veces que preferimos vivir una mentira por no afrontar la realidad. Que preferimos a que nos quieran de mentira a estar solos. La experiencia que te da la vida, va forjando una conducta de acción y uno sabe lo que prefiere, y sabe lo que duele, y sabe lo insoportable que es pero también sabe que cuando el tiempo empieza a curar las heridas, eres una persona mejor y más sabia.
He visto esa carencia de abrazos de las que hablas, ese silencio que no muestra que alguien ha llegado a casa y para eso... que nos reviente el corazón para que renazca con más fuerza.
Que tengas un día lleno de cosas bonitas ^_^.