Soy una gota de agua.

Eso dicen, que soy una gota en un inmenso océano, que mis acciones no van a cambiar la de los demás, que si yo digo blanco los demás pueden decir negro sin yo poder hacer nada, pero sé que no puedo cambiar el mundo, yo sola no puedo hacer que desaparezcan las guerras, porque hay otros que quieren luchar o se sienten en la obligación de hacerlo, pero recuerda "dos no pelean si uno no quiere", tampoco puedo hacer que desaparezcan los ladrones, violadores y asesinos, estarán ahí siempre, igual que siempre han estado, yo no puedo hacer en pocos años de vida que cambie todo el mundo, pero en cambio, puedo crear uno propio, uno en el que solo existan las cosas que merecen la pena verlas y sentirlas, todos hemos imaginado un mundo en el que haya una puesta de sol, y tú estés observándola desde la playa tumbada en su pecho después de una larga noche contando las estrellas, un mundo en el que seas tú quien decida quien entra y quien no, echar fuera en dos segundos a quien estropee lo más mínimo, que el corazón tenga un "borrar historia, bloquear contacto" o que solo ame a quien sea correspondido, ese que te quiera de verdad. Que la gente sea de pensar y no de impulsos; en fin, algo imposible, solo soy una gota de agua en un inmenso océano, pero en el mundo que yo cree, yo soy el océano y cada una de las personas que están a mi lado hoy mientras luchan por el mañana, son las gotas; porque una persona es un océano, y sí, sin una de las gotas por muchas que sean, ese océano no sería el mismo, este es el ejemplo del mundo más reducido, una gota, si que es capaz de cambiar un gran océano si se va o si llega.