Acaba de reconocer su mirada, después de tantos años y entre tanta gente. Nota como sus piernas luchan entre temblores por mantenerla en pie, pero esa aceleración tan rápida y fuerte del corazón -ese órgano que él conseguía hacerlo parar con cada sonrisa- estaba a punto de hacerla perder el equilibrio.
Se aproxima a él, con miedo de que no la reconozca, de que se haya olvidado ya de ella, cuando Laura se imaginaba cada vez que caminaba por la calle mil y una historias diferentes, aunque todas comenzaban de la misma manera: se reencontraba con esos ojos verdes, con esa sonrisa que busca que le muerdan los labios y te envenena poco a poco, con esa voz, con esa maldita voz que aún no había conseguido sacar de su cabeza -aunque tampoco lo intentó-, con Damián.
Ahora delante de él le mira y Damián responde haciendo lo mismo. Sus miradas se clavan en el otro, se reconocen, ninguno ha olvidado a quién está detrás de esa mirada. Por un momento notan como el mundo se para: oyen su respiración acelerada, sienten esa presión en el pecho, y por fin esa sonrisa, esa maldita sonrisa.
- Hola.- dice él al cabo de unos segundos. A decir verdad no sé cuántos, pues ambos perdieron la noción del tiempo al mirarse a los ojos. No sé si fueron diez segundos, o fue sólo cosa de uno; pero lo que está claro es que ambos podrían describir ese momento como si hubiesen pasado horas observando esos ojos que un día, decidieron no olvidar.
-Hola... cuanto tiempo...
-Que seria, cualquiera diría que no te alegra verme.
Ingenuo. Siente tanta emoción que ahora es incapaz de sonreír, incluso es incapaz de controlar sus movimientos. Mira el entorno más abiertamente, intentando no mirarle a él, callar a su mirada que lo único que desea es gritarle cuantísimo se ha acordado de él, cuantísimo ha soñado este momento. Pero sin duda sus ojos entristecen cuando se da cuenta de que Damián, no va solo, y es que a su lado va una mujer. Laura vuelve a mirarle a él, se siente incómoda en estos momentos.
-Ah, sí... ¿adivinas quién es?
-No lo sé... -miente, pero no a él, sino intenta mentirse a sí misma.
-Es Clara. -ella se acerca a dar dos besos a Laura, quien se mantiene parada, se siente estúpida, sin derecho a extrañarle.
¿Quieres leer la segunda parte? Click aquí ¡que yo te llevo! :)
Dios mío me encantan todos tus relatos son perfectos y me enamoran! un beso cielo! nos leemos!
ResponderEliminar¡¡Jooo muchas gracias me encanta que te gusten!! ^^
Eliminar¡Un grandísimo saludo, nos leemos! 2:*
Qué relativo es el tiempo ¿eh? Cómo un día puede ser un suspiro o una eternidad. En este texto no es exactamente la idea, pero se me ha venido a la cabeza el tiempo que ha pasado antes del reencuentro y cómo pasará el tiempo a partir de ahora. Cómo ha volado el tiempo cuando se han mirado y qué lento transcurre cuando ha visto a la otra chica y su mente, de entre todas las posibilidades del mundo, ha elegido la única que hace imposible su felicidad. Cómo si los finales felices sólo existiesen en la ficción...
ResponderEliminarVamos a leer el desenlace ^_^. Si lo hubiera leído sin su desenlace, estaría en ascuas ^_^.
Que tengas una noche llena de cosas bonitas ¡2:*!
Pues sí, a veces es inevitable pensar que algo va a salir mal, y cuando ves algún detalle que podría encajar, aumenta el miedo de perder, y disminuyen las ganas de arriesgar... Sobretodo cuando posiblemente digas algo inoportuno delante de la perdona menos indicada... Y que todo salga aún peor.
EliminarNecesitaba escribir el desenlace, sino Mr quedo con la duda yo también ajajjajaja
¡Un grandísimo saludo! 2:*