La mayoría de las personas, cuando alguna relación se rompe, ya sea de pareja o de amistad, tienden a hablar mal de esa persona. Mentira, tienden a hablar fatal. Y sí, es cierto, yo también lo he hecho. Pero no hay que verlo desde el punto de vista "Sí se ha acabado, es porque no valía la pena", sino, "Sí comenzó, es porque tenía cosas que enseñarme".
No todo el que viene se queda, es verdad, pero tampoco todo el que viene se va. Si vino de repente, sin excusa, y se va de repente, sin excusa, es normal que no entiendas para que vino. ¿Pero a caso no te enseñó muchísimas cosas? ¿A caso no te hizo reír el tiempo que estuvo? ¿Y no te hizo llorar cuando se fue? ¿No te hizo fuerte su ausencia?
No hay que arrepentirse de la gente que se va de tu vida, aunque hay que aprender a vivir sin ellos. ¿Pero rencor? ¿De qué? Esa persona algún día, fue la que te hizo sonreír.
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