La primera vez.

Aún recuerdo la primera vez. No lo teníamos planeado, para nada imaginábamos que fuese a pasar, pero pasó. Me mirabas de una manera... indescriptible. Pero a día de hoy, sigo adorando esa mirada como el primer día. No pensábamos que fuésemos a conocernos, que fuésemos a quedar, y mucho menos que llevaríamos todo este camino recorrido juntos. Pero me gustó la primera vez que te vi. Porque desde el primer momento conseguiste aislarme de todo lo demás. De todo. Cada movimiento que hacía, te miraba a ti, y tú te mantenías serio, aunque de vez en cuando dejabas escapar esa risa. Quería conocerte, estaba deseando conocerte. Y cuando al fin pasó, incluso hablando por chat, sentía ese cosquilleo en la tripa. Desde la primera vez que te vi, sabía que eras diferente a los demás, y créeme, nunca dejaré de hacerte sonreír.